Miedos. Mis pies están perdidos. Ya no sé si caminar o sentarme a esperar e imaginar caminos. Nunca había tenido alas tan grades a mi espalda. Tal vez si sacudo el polvo de mis pasos parados, ellas me ayuden a sobrevolar las corazas que se le levantan en la ruta que mi corazón ha dibujado hacia tus brazos